El 18 de noviembre de cada año Venezuela se viste de fiesta específicamente la ciudad marabina (Maracaibo) del estado Zulia para celebrar las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de Chinquinquirá.
Nuestra señora del Rosario de Chinquinquirá o conocida popularmente como Virgen Chinita, es una de las advocaciones en la que es venerada la Virgen María. Esta virgen además de ser la patrono de la ciudad Maracaibo, también es la patrona de Colombia y de un departamento del Perú. Al llegar el mes de noviembre los católicos se preparan y esperan con paciencia la “bajada de la virgen” donde la escultura de la misma es sacada de la Iglesia la Basílica en Maracaibo para recorrer el centro de la ciudad, a este encuentro no solo acuden los pelegrines marabino sino personas de todas partes del país y algunas de afuera del Estado.
El pueblo zuliano le rinde homenaje a la patrona cada 18 de noviembre, sin embargo previo a la fecha y después de la misma continúan las celebraciones. Según la historia una señora que se encontraba realizando labores del hogar en un barrio de la localidad llamado el Saladillo, a las orillas de la laguna de Coquivacoa ubico una tablita la cual utilizó como el tapadero de la tinaja de agua. A los días la señora vio la tablita y se fijo que en ella estaba estampada una imagen de una mujer la cual no era bien visualizada. Fue el 18 de noviembre de 1709 cuando la mujer que había colgado en la pared la tablita empezó a escuchar golpes que provenían de ese lugar, al asomarse detecto que la tablita estaba iluminada y la imagen de la mujer era aún más visible.
Desde ese momento la señora salía corriendo a la calle de la emoción y solo gritaba. ¡Milagro! ¡Milagro! Los vecinos acudieron a la casa de la mujer y corroboraron la existencia de la sagrada imagen. La imagen fue llevada a la Catedral de Maracaibi, sin embargo al tiempo la imagen se puso muy pesada por lo que terminó calleándose fue cuando se decidió que se trasladara a una ermita conocida hoy en día como Basílica Menor dedicada a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Al llegar a la ermita sorprendentemente la imagen volvió a tomar su peso original.