Sociedad de Naciones

La Sociedad de Naciones fue creada tras la Primera Guerra Mundial para establecer la fundación de las relaciones multilaterales entre los países del mundo y prevenir la eventual incidencia de nuevos conflicto bélicos, misión en la que fracasa con el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939.

La Sociedad de Naciones, Sociedad de las Naciones, o Liga de Naciones (en inglés: League of Nations) fue un organismo multilateral creado el 28 de junio de 1919 con la firma del Tratado de Versalles que proponía establecer las bases para la paz mundial y la reorganización de las relaciones internacionales una vez finalizada la Primera Guerra Mundial. Se trataba de un organismo donde las naciones podían (en principio) presentar sus disputas para la búsqueda de soluciones, pero nunca consiguió la autoridad suficiente para imponer sus resoluciones de forma obligatoria y sus fallas llegaron a ser evidentes ante la proliferación de nuevos conflictos internacionales y regímenes totalitarios. Los estatutos de la Sociedad de Naciones ocuparon los 26 primeros artículos del Tratado de Versalles.

La Sociedad de Naciones fue la primera organización multilateral de esta clase en la historia con la que se logra la solución pacífica de diversos conflictos y diferendos durante el período posguerra. Destaca por ejemplo, la solución pacífica de la disputa de Suecia y Finlandia sobre las Islas Aaland en 1920, la disputa entre Alemania y Polonia por la Alta Silesia en 1921, la invasión griega a Bulgaria en 1925, y la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay en 1932.

Antes de la creación de la Sociedad de Naciones, los Estados buscaban protegerse de la guerra a través de alianzas con otros Estados. Pero esto producía que otros Estados también conformaran sus propias alianzas, lo que precisamente fue uno de los factores que llevó al rápido estallido de la Primera Guerra Mundial. (Foto: Conferencia en Ginebra, Suiza, 1926).
Antes de la creación de la Sociedad de Naciones, los Estados buscaban protegerse de la guerra a través de alianzas con otros Estados. Pero esto producía que otros Estados también conformaran sus propias alianzas, lo que precisamente fue uno de los factores que llevó al rápido estallido de la Primera Guerra Mundial. (Foto: Conferencia en Ginebra, Suiza, 1926).

Fracaso de la Sociedad de Naciones

La Sociedad de Naciones no disfruta de una reputación histórica favorable pese a sus modestos logros en la resolución de conflictos. En primer lugar, aunque se trató de una iniciativa en 1819 del presidente estadounidense Woodrow Wilson, el Senado de los EE.UU. se negó a aprobar el tratado, dejando fuera de su alcance a una importante potencia mundial. En segundo lugar se encontraba la sistemática exclusión de Alemania (incluida a partir de 1926) y de Turquía debido a su condición de países derrotados en la Primera Guerra Mundial, así como la exclusión de la Unión Soviética por el carácter comunista de su régimen (incluida brevemente en 1934 hasta su expulsión en 1939).

En 1923 se evidenció la debilidad de la organización cuando Francia ocupó la región alemana del Ruhr para exigir reparaciones de guerra entre 1923 y 1925 sin haber sido condenado por el organismo. La invasión de Manchuria por parte de Japón en 1931 fue otro fracaso de la Sociedad de Naciones; cuando Japón fue condenado por el organismo el régimen abandonó la organización en 1933 sin haber recibido sanciones efectivas y sin haber restaurado el territorio de Manchuria a China. Ese mismo año el régimen Nazi en Alemania sigue el camino de Japón y abandona el organismo.

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial se evidencia el fracaso de la Sociedad de Naciones, cuya principal finalidad era la de impedir una nueva guerra a gran escala en Europa. Sin embargo, fue un importante precedente para la creación de la Organización de las Naciones Unidos (ONU) en 1945, una vez culminada la Segunda Guerra Mundial.


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