Guerra de los Siete Años (Guerra Franco-India)

La Guerra de los Siete Años o Guerra de la Conquista fue un conflicto bélico de escala global (y un hito histórico) que nuevamente implicó a las potencias europeas de la época en enfrentamientos militares en Europa, Norte América, América del Sur, África occidental y la India.

La Guerra de los Siete Años fue un conflicto bélico de verdadera escala global que se desarrolló entre y , en el que se enfrentaron por un lado: el Reino de Prusia, el Reino de Hanóver, el Reino de Gran Bretaña (junto a sus colonias americanas) y el Reino de Portugal; y por otro lado: el Reino de Sajonia, el Imperio austríaco, el Reino de Francia, el Imperio ruso, Suecia, y el Reino de España. Esto significó un cambio de coaliciones respecto a la previa Guerra de Sucesión Austriaca (1739-1748). Fue un conflicto verdaderamente global porque involucró a cinco continentes, afectando a Europa, América, África occidental, Índia y Filipinas. Concluida la guerra, el orden político europeo cambió completamente. Otros conflictos regionales como la Guerra Franco-India, la Guerra de la Conquista, la Guerra Fantástica y la Tercera Guerra Cárnica ocurrieron en el contexto de la Guerra de los Siete Años.

Para la época del conflicto, los límites entre las posesiones coloniales británicas y francesas en América no se encontraban bien definidos. La Guerra de los Siete Años estalló entre y cuando los británicos atacaron posiciones reclamadas por Francia en América del Norte y capturaron un un número importante de navíos mercantes franceses. Sin embargo, el conflicto a larga escala que movilizó a la mayoría de las potencias europeas estuvo centrado en la ambición austriaca de recuperar Silesia, perdida ante Prusia durante la Guerra de Sucesión Austriaca. La Guerra de los Siete Años se caracterizó en Europa por el asedio e incendio de pueblos, así como por batallas a campo abierto con la masiva pérdida de vidas humanas.

La Batalla naval de la Bahía de Quiberon fue un conflicto decisivo el 20 de noviembre de 1759 en el marco de la Guerra de los Siete Años entre la armada británica y la armada francesa. Se llevó a cabo en costas francesas y fue la culminación de los esfuerzos británicos para socavar la superioridad naval francesa.
La Batalla naval de la Bahía de Quiberon fue un conflicto decisivo el 20 de noviembre de 1759 en el marco de la Guerra de los Siete Años entre la armada británica y la armada francesa. Se llevó a cabo en costas francesas y fue la culminación de los esfuerzos británicos para socavar la superioridad naval francesa.

La Guerra de los Siete Años culminó en con el Tratado de París entre Francia, España y Gran Bretaña; y el Tratado de Hubertusburg entre Sajonia, Austria y Prusia. Gran Bretaña desocupó a los franceses de Norte América, lo que abrió el camino para una posterior hegemonía mundial británica (). El conflicto fue un hito histórico cuyas devastadoras consecuencias económicas en las potencias europeas serían eventualmente detonante de la Revolución americana en , la Revolución francesa en , la Revolución haitiana en , así como del resto de las revoluciones e insurrecciones que culminaron con el proceso de descolonización del continente americano en el siglo XIX.

Teatros del conflicto

En Europa el conflicto internacional en su totalidad se conoce como la «Guerra de los Siete Años», en referencia a los eventos en Europa, desde la declaración oficial de guerra en 1756 hasta el tratado de paz en 1763.

Teatros/Nomenclaturas
de la Guerra de los Siete Años
NombreTerritorios
Guerra de los Siete AñosEuropa y América
Tercera Guerra de SilesiaPrusia y Austria
Guerra de PomeraniaPrusia y Suecia
Guerra Franco-IndiaEstados Unidos
Guerra de la conquistaCanadá (francesa)
Guerra fantásticaPortugal
Tercera Guerra CarnáticaIndia

En las antiguas colonias británicas de habla inglesa (actuales Estados Unidos y Canadá) el conflicto se conoció como «Guerra franco-india», donde la guerra se inició dos años antes que en Europa, pero también suele denominarse simplemente como Guerra de los Siete Años. En Canadá (de habla francesa) igualmente se denomina Guerra de los Siete Años (en francés: Guerre de Sept Ans) pero también es frecuente el uso de «Guerra de la conquista» (en francés: Guerre de la Conquête). Fue en este conflicto que Canadá fue conquistado por los británicos.

La participación de Portugal se conoce como «Guerra Fantástica» debido a que, a pesar de haberse registrado movimientos de tropas, y que los portugueses causaron pérdidas catastróficas a los invasores franco-españoles, no se llevó a cabo ninguna batalla formal. El contingente anglo-portugués rechazó las invasiones a través de acciones de guerrillas.

En Europa no se suelen emplear nombres diferentes para aquellos conflictos desarrollados en teatros americanos, africanos o indios. Sin embargo la lucha entre Prussia y Austria se conoce también como «Tercera Guerra de Silesia», ya que determinó el destino del territorio de Silesia, que había sido invadido por Prusia en , precipitando la Guerra de Sucesión Austriaca. Y el conflicto entre Prusia y Suecia se conoce como «Guerra de Pomerania».

En la India se conoce como «Tercera Guerra Carnática» donde se reanudó el conflicto entre Francia y las fuerzas británicas en la India, una antigua rivalidad imperialista.

Este conflicto también ha sido descrito como la verdadera «Primera Guerra Mundial» debido a su carácter de conflicto verdaderamente global, aunque este criterio también se ha intentado aplicar a otros conflictos internacionales como la Guerra de los Ochenta Años (), la Guerra de los Treinta Años (), la Guerra de Sucesión Española (/) y la Guerra de Sucesión Austriaca (). El término «Segunda Guerra de los Cien Años» se ha empleado para describir el casi continuo conflicto global durante el siglo XVIII, en contraste con Guerra de los Cien Años ocurrida en el siglo XIV.

Antecedentes

Guerra de Sucesión Austriaca

La Guerra de Sucesión Austriaca (1739-1748) involucró a la mayoría de las potencias en Europa sobre la cuestión del derecho de sucesión de María Teresa I de Austria por la soberanía del Sacro Imperio Romano Germánico, después de la muerte del emperador Carlos VI. Fue un costoso conflicto a escala mundial cuyos resultados dejaron cuestiones y rivalidades que no fueron resueltas. Este conflicto se desarrolló en la década inmediatamente anterior a la Guerra de los Seis Años e igualmente participaron las monarquías europeas, pero en diferentes alianzas.

Revolución diplomática

La Revolución diplomática de es el nombre dado al cambio brusco de alianzas en Europa entre la Guerra de Sucesión Austriaca y la Guerra de los Siete Años. La esencia de la llamada «Revolución diplomática» fue que las facciones de Gran Bretaña y Austria vs. Francia y Prusia se convirtieron en: Francia y Austria vs. Gran Bretaña y Prusia.

Este dramático cambio de alianzas precedió inmediatamente al estallido formal de la Guerra de los Siete Años, que de hecho ya había comenzado en las colonias de América. Inglaterra que se había unido a Austria en contra de Prusia y Francia en la década de 1740, ahora se entendía con el rey prusiano Federico II el Grande. Y en la acción más dramática de la Revolución diplomática, Francia se alineó con su enemigo hereditario, la Austria de los Habsburgo.

Los británicos desencadenaron esta Revolución diplomática. Los británicos sellaron un tratado con Rusia, que había tenido una participación mínima en la Guerra de Sucesión Austriaca como su aliada, para contar con otra potencia que defendiera Hannover. El tratado anglo-ruso alarmó a Federico II. En Prusia acordó una alianza con los británicos para proteger Hannover y que efectivamente los alejaba de Rusia. Esta nueva alianza aisló a Francia y dio a los austriacos la oportunidad que esperaban.

Austria había perdido los territorios de Silesia frente a Prusia en , al inicio de la Guerra de Sucesión Austriaca. Lo que Austria necesitaba para enfrentar a Federico II y recuperar Silesia era un aliado con un gran ejercito, lo que ameritaba una alianza con Francia y no con Inglaterra. El último acto de la Revolución diplomática fue cuando Rusia se unió a la alianza franco-austriaca.

Causas de la Guerra

La Guerra de los Siete Años, al igual que la Guerra de Sucesión Austriaca, puede ser dividida realmente en dos guerras: una continental en Europa, y otra naval y colonial.

Desde Francia y Gran Bretaña se enfrentaban en Norteamérica por la supremacía de los territorios coloniales, donde los límites de las posesiones británicas o francesas no se encontraban generalmente delineados.

La Guerra estalló en Europa en con el intento y la intención de la casa Habsburgo de Austria para recuperar la rica provincia de Silesia, que había perdido en frente Federico II el Grande de Prusia, en la Guerra de Sucesión Austriaca.

Guerra de los Siete Años

Estalla la guerra en Norteamérica ()

Los franceses reclamaban toda la cuenca del río Misisipí, pero este territorio era disputado por Gran Bretaña. Al comienzo de la década de 1750 los franceses comenzaron a construir una cadena de fuertes en el Valle del Río Ohio para reforzar sus reclamos y limitar la influencia británica sobre los nativos americanos. Los colonos se encontraban incómodos con la cercanía de las tropas francesas.

Los británicos intentaron detener la construcción de Fort Duquesne en una posición estratégica en el Río Ohio (en la actual Pittsburgh, Pensilvania) de forma pacífica, pero sin frutos. Los británicos enviaron milicias coloniales para detener a los franceses. El George Washington emboscó una fuerza francesa en Jumonville Glen. Los franceses retaliaron contra Washington en la batalla de Fort Necessity el obligándolo a rendirse.

Cuando las noticias arribaron a Europa, Gran Bretaña y Francia intentaron sin éxito en negociar una solución. Ahora ambas naciones enviaron tropas a Norte América para reforzar sus reclamos. Francia y Gran Bretaña se encontraban en un estado de guerra no declarada.

Estalla la guerra en Europa ()

Las nuevas alianzas en Europa podrían haber prevenido la guerra en Europa, pero sucedió lo contrario, la hicieron inevitable. Los franceses formaron un gran ejercito en Toulon e iniciaron una campaña contra los británicos en la isla de Menorca en el mar Mediterráneo en (capturada el ). Gran Bretaña declaró oficialmente la guerra el , casi dos años después que comenzaron las hostilidades en Ohio, América.

En las campañas europeas de la Guerra de los Siete Años, Federico II de Prusia se enfrentó a las fuerzas de Austria, Francia y Rusia, cuya población en conjunto superaba unas quince vences la población de Prusia. Federico II prácticamente no tuvo aliados, excepto Inglaterra que le aportaba subsidios financieros pero muy poca ayuda militar. Para llenar las magras filas de su ejercito enganchó soldados de vecinos más pequeños de Prusia, Mecklenburg y Sajonia.

Sin embargo, la coalición franco-austriaca-rusa formada contra Prusia resultó inestable. Los generales rusos eran tímidos, mientras que los franceses y austriacos resultaron incompetentes. Los franceses, que eran los aliados más fuertes, tuvieron que luchar una guerra en dos frentes, en Europa y al otro lado del océano, sin contar con los recursos económicos para tal empresa.

La guerra fuera de Europa

Mientras tanto, los aliados británicos de Federico II de Prusia perdían la guerra en el extranjero. Durante el primer año y medio de lucha, los ingleses sufrieron derrotas en casi todos los frentes. En el mar Mediterráneo perdieron la importante base de Menorca, en las islas Baleares. En Norteamérica los británicos sufrieron reveses iniciales frente a los franceses.

En India los británicos sufrieron la desgracia del hoyo negro. En el nabab de Bengala, aliado de los franceses, encerró en Calcuta a 146 prisioneros británicos en una pequeña habitación con solo dos ventanas en la época más calurosa del año. De los 146 prisioneros que ingresaron solo salieron 23 con vida. Los muertos estaban tan apretujados y los sobrevivientes tenían tan pocas fuerzas, que tardaron casi media hora en abrirse paso (Robert Orme, A history of the Transactions of the British Nation in Indostan, ).

Pero los británicos lograron cambiar la corriente a su favor. El primer ministro británico, William Pitt, reforzó la alianza angloprusiana nviando subsidios substanciales a Federico II y reasignó a las fuerzas inglesas en Hannover bajo el mando de un hábil comandante prusiano. Reemplazó a los generales y almirantes incapaces y tomó medidas enérgicas que transformaron las campañas navales y coloniales.

En África los ingleses capturaron las principales posiciones esclavistas francesas, arruinando a los tratantes de esclavos en Nantes. Mientras que en la India, los británicos castigaron al nabab de Bengala por el hecho conocido como el hoyo negro, y capturaron los principales puestos franceses cerca de Calcuta y Madrás. En las Indias occidentales los franceses perdieron todas sus islas productoras de azúcar excepto Santo Domingo.

Guerra franco-india (Norteamérica)

La guerra franco-india o «Guerra de la conquista» en Canadá (en francés: guerre de la Conquête) fue el teatro norteamericano de la Guerra de los Siete Años.

Después que la Marina Real británica derrotó en a los escuadrones franceses en el océano Atlántico y en el Mar Mediterráneo, Inglaterra tuvo la dominación de los mares. Gran Bretaña pudo continuar con un próspero comercio exterior con Las Américas, mientras que el comercio francés de ultramar mermaba rápidamente a un sexto de la proporción que tenía antes de la guerra. Las colonias francesas cayeron en rápida sucesión al haberse interrumpido el suministro de abastecimientos y refuerzos de la metrópoli, al mismo tiempo que se enfrentaban a las superiores fuerzas armadas británicas.

En Norteamérica unos 65.000 franceses mal abastecidos no podían hacer frente ante el millón de colonos ingleses que contaban con todo el apoyo de Gran Bretaña. Finalmente el Fuerte Duquesne fue tomado por los británicos y bautizado con el nombre de Pitt.

En Canadá, el general británico James Wolfe tomó Louisburg en . Cuando Montreal, la única fortaleza francesa cayó en 1760, desapareció el imperio francés en Norteamérica.

Fin de la guerra

La Guerra de los Siete Años culminó en con la victoria de Gran Bretaña y Prusia sobre Francia y España (Rusia se había retirado previamente de esta alianza). El se firmó el Tratado de París entre Francia, España y Gran Bretaña. Cinco días después, el , se firmó el Tratado de Hubertusburg entre Sajonia, Austria y Prusia.

Repercusiones

El Tratado de París del puso punto final al conflicto. Fue una victoria para Prusia y Gran Bretaña, pero Francia y España se vieron obligadas a regresar todas sus conquistas durante la guerra a Gran Bretaña y Portugal. Francia perdió la mayor parte de sus posesiones coloniales en América y Asia. Pero más allá, Gran Bretaña obtuvo todo el Canadá (que para entonces era muy costoso para mantener), así como los territorios en disputa entre las Montañas Apalaches y el Misisipi. España, que apenas se había aliado con Francia en 1762, se vio forzada a ceder a los británicos la península de Florida Oriental y la costa del Golfo de México hasta donde se conocía como Florida Occidental. En compensación, Francia cedió a España la ciudad de Nueva Orleans y los vastos territorios de Luisiana al oeste del Misisipi.

Pero los franceses no vieron el Tratado de París como una catástrofe ya que recuperaron sus islas en las Indias Occidentales, que eran fuentes importantes de azúcar. Al mismo tiempo el mercado inglés del azúcar repuntaba, beneficiando a los productores ingleses pero no así a los ultrajados colonos americanos, quienes consideraron como una gran pérdida la entrega de estas islas a los franceses. Pero el entonces primer ministro británico buscó una paz que no agraviara a los franceses a tal punto que pudiese iniciar otra guerra.

El Tratado de Hubertusburg entre Prussia, Austria y Sajonia terminó el conflicto continental en Europa sin cambios significativos en los bordes antes de la guerra. Silesia permaneció bajo control de Prusia, lo que significó una derrota para Austria, que había impulsado la guerra precisamente para recuperar este territorio.

Los cambios geopolíticos que fueron consecuencia del Tratado de París definieron parte importante de la estructura política y geográfica del mundo contemporáneo. Aunque esto mismo puede argumentarse con la mayoría de los conflictos globales ocurridos en Europa entre los siglos XVII y XIX. Por otro lado, a pesar que la eventual independencia norteamericana en le costó treces de sus colonias en América del Norte, esto no mermó la supremacía marítima e imperial que Gran Bretaña había alcanzado en durante la Guerra de los Siete Años, y la cual se prolongó hasta entrado el siglo XX, incluso en cuando estalla de la Primera Guerra Mundial.


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