Comunismo de guerra (1918-1921)

El comunismo bélico fue un sistema político y económico establecido tras el estallido de la Guerra civil rusa con la finalidad de mantener al Ejército Rojo y a las ciudades abastecidas de armas, alimentos y otros suministros; mediante las nacionalizaciones y el racionamiento.

El comunismo de guerra, comunismo bélico, o comunismo militar, fue el sistema económico y político imperante entre 1918 y 1921 durante el primer periodo de la historia soviética, en medio de la Guerra civil rusa. Fue impuesto por el régimen de Vladimir Lenin a través del Consejo Supremo de Economía en junio de 1918 para mantener abastecidos al Ejército Rojo y las ciudades con armas, alimentos y suministros. Fue abolido el 21 de marzo de 1921 con el inicio de la Nueva Política Económica que duró hasta 1928. El Comunismo bélico estuvo caracterizado por la nacionalización de todas las industrias, la prohibición de la propiedad privada, la administración centralizada, el control estatal del comercio, el control disciplinario de los trabajadores, la prohibición de las huelgas y un severo sistema centralizado de racionamiento de alimentos y artículos esenciales. El objetivo central de Lenin, Trotski y los bolcheviques era de mantenerse en el poder por cualquier medio necesario.

Los términos «comunismo de guerra» o «comunismo bélico» también se usan para describir al periodo como tal, en todos sus ámbitos, bien sea económico y político, o histórico y social. Los rasgos principales del periodo estuvieron determinados por acontecimientos militares; una guerra civil imperaba y las potencias extranjeras intervinieron en suelo ruso. Este fue un periodo de comunismo militante además de militar, simbolizado a principios de 1918 por el cambio del nombre del partido de gobierno, de bolchevique a «Partido Comunista Ruso». La capital se cambió de Petrogrado, con su expuesta ubicación en el borde occidental de Rusia, a la mayor seguridad de Moscú. Asimismo, se inició la publicación del diario «El comunista».

Vladimir Lenin con líderes bolcheviques en la plaza roja.
Vladimir Lenin con líderes bolcheviques en la plaza roja.

Los bolcheviques pensaban que una revolución mundial estaba por emerger, probablemente primero en Alemania para después extenderse a Gran Bretaña y a Estados Unidos. Esta visión, basada en el precedente de la Revolución rusa de 1917, particularmente la Revolución de octubre, llevó a los bolcheviques a apresurar la construcción de un Estado socialista en Rusia, así como a buscar la paz con Alemania para lograr la retirada de la Primera Guerra Mundial. Durante este periodo los bolcheviques radicalizaron la lucha de clases, promoviendo el conflicto interno entre el proletariado y las clases más pudientes. Durante el periodo del comunismo bélico, los enemigos declarados del comunismo eran los «capitalistas» y los ejércitos blancos que calificaban como «mercenarios de las potencias extranjeras».

Periodo del comunismo bélico

Para que el gobierno comunista de los bolcheviques pudiese funcionar en alguna medida era necesario terminar la participación rusa en la Primera Guerra Mundial, pero en lo interno la guerra civil se usó perseguir a la disidencia y fortalecer la causa comunista. Las negociaciones entre rusos, alemanes y austrohúngaros en Brest-Litovsk se prolongaron hasta 1918.

El 3 de marzo de 1918 los bolcheviques finalmente firman la Paz de Brest-Litovsk con Alemania. Pero el acuerdo también implicó la pérdida de un tercio de la población rusa, al haber renunciado a cualquier reclamo sobre toda ucrania, las provincias bálticas, Finlandia y algunos territorios caucásicos. Esto también significó la pérdida del 80 por ciento de sus recursos de hierro y el 90 por ciento de sus depósitos de carbón mineral. Los socialevolucionarios de izquierda, que formaban parte del gobierno bolchevique, inicialmente apoyaban la salida rusa de la guerra, al igual que los mencheviques. Pero tanto los socialevolucionarios como los mencheviques se opusieron públicamente contra los términos del tratado de Brest-Litovsk y pronuciaron severas críticas contra las facciones de Lenin y Trotsky en el V Congreso de los Sóviets. Esto produce de immediato la Revuelta de los Revolucionarios Socialistas de Izquierda en Moscú, la cual es rápidamente derrotada, pero la la Paz de Brest-Litovsk prevalecería como una de las causas de la Guerra civil rusa.

En junio de 1918 el régimen leninista impuso el comunismo de guerra para intentar palear las carencias existentes en medio de la guerra civil. Para estos efectos se establece la Vesenja, o Consejo Supremo de Economía Nacional, encargada de las medidas políticas y económicas durante la guerra civil, así como de la administración burocrática de los bienes nacionalizados. Con esto se pretendió destruir todos los vestigios de propiedad privada e inaugurar una economía comunista completamente centralizada. Los bolcheviques consideraban a la propiedad privada de los medios de producción como la base del poder político.

Entre 1918 y 1919 fueron nacionalizadas solo las empresas e industrias de menor envergadura. Las tierras se encontraban temporalmente a disposición de las comunas de agricultores con el entendido que tarde o temprano serían colectivizadas. El derecho a la propiedad privada de inmuebles urbanos fue abolida, así como los derechos de herencia. El Estado ruso, que en la práctica se trataba del Partido Bolchevique, o ahora Partido Comunista, se convirtió en el único propietario de los medios de producción y los bienes generadores de riqueza.

El gobierno sometió al campesinado a una requisa cada vez más severa. Movilizó a los campesinos más pobres contra los que estaban en mejor situación (llamados kulaks, por la palabra que significa «puño»). Al hacer un llamado a una unión de los hambrientos contra los mejor alimentados, el régimen sembró de manera deliberada el odio de clases en las aldeas y estimuló la guerra civil en el campo. En diciembre de 1917 se emitió un decreto por el que se conformaba una policia secreta, la Cheka (de las iniciales de las palabras que significan «comisión extraordinaria»), y el terror se convirtió en un arma en la guerra civil.

Ya para 1920 el Estado había tomado a su cargo todas las empresas que empleaban a más de diez trabajadores. El trabajo era obligatorio y se prohibieron las huelgas. El Estado organizó un sistema de trueque que reemplazó al libre mercado. El comercio interno era ilegal; sólo el comisario de alimentos del gobierno podia comprar y vender mercancias. El dinero desapareció al hacerse cargo el Estado tanto de la distribución como de la producción. El gobierno expropió los bancos y anuló en efecto los ahorros. Se separó a la Iglesia del Estado mediante un decreto. Se removió a los jueces de sus cargos y se les sustituyó por individuos designados por los Soviets locales. A nueve partidos de oposición se les liquido (entre ellos los Kadetes) o se les persiguió (como los socialrevolucionarios y los mencheviques).

Resultados

El comunismo de guerra logró el propósito facilitar los suministros necesarios para el Ejército Rojo de manera que pudiese detener el avance del Ejército Blanco, y así reclamar la mayor parte del territorio del antiguo Imperio ruso. Pero las medidas severas impuestas por el comunismo de guerra terminaron por devastar la economía rusa. Los bolcheviques se apropiaron de los medios de producción y abolieron el derecho de propiedad. Curiosamente, mientras buscaban la paz con Alemania, promovieron el conflicto interno entre clases. Más tarde todo esto sería la base para la creación de la Unión Soviética en 1922.

El valor del dinero fue destruido por la impresión sin restricciones de los rublos, lo que llevó, como se esperaba, a una severa inflación. En enero de 1923 los precios en la Rusia soviética se habían incrementado unas 100 millones de veces en comparación con 1913. Todos los ciudadanos rusos, ricos o pobres, perdieron sus ahorros de toda la vida. El trueque y los bienes «gratuitos» otorgados por las instituciones del régimen reemplazaron a las operaciones comerciales habituales. El comercio privado al mayor o al por menor estaba prohibido. Todos los ciudadanos adultos estaban obligados a trabajar donde se les ordenara. Se abolió la independencia de los sindicatos y se prohibió el derecho de huelga.

En las ciudades y el campesinado periférico, la población experimentó dificultades como resultado de la guerra. Los campesinos se negaron a cooperar en la producción de alimentos. Los trabajadores comenzaron a migrar de las ciudades al campo, donde las posibilidades de alimentarse eran mayores, lo que disminuía aún más la posibilidad de trueque de productos para la alimentación y empeoró la situación del resto de la población urbana. Entre 1918 y 1920, Petrogrado perdió el 72% de su población, mientras que Moscú perdió el 53%.

Para 1921 la producción de la industria pesada había caído al 20% de los niveles de 1913. El 90% de los salarios se pagaban con bienes en lugar de dinero. El 70% de las locomotoras necesitaban reparación, y la escasez de alimentos, combinada con los efectos de siete años de guerra y una grave sequía que persistía, contribuyó a una hambruna que provocó por si misma entre 3 y 10 millones de muertes. La producción de carbón disminuyó de 27.5 millones de toneladas en 1913 a 7 millones de toneladas en 1920, mientras que la producción total de las fábricas en Rusia se redujo al diez por ciento de lo que producían en 1913. La cosecha de granos cayó de 80.1 millones de toneladas en 1913 a 46.5 millones de toneladas en 1920.

Pero la dictadura bolchevique logró su permanencia en el poder.


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