El Tratado definitivo de paz y amistad entre México y España fue un tratado internacional celebrado entre México y España el 28 de diciembre de 1836, también conocido como Tratado Santa María-Calatrava, por el cual la monarquía española reconoció la independencia de los Estados Unidos Mexicanos como «nación libre, soberana e independiente» culminando así con las tensiones surgidas entre ambas naciones desde la Guerra de independencia de México, y se acordó el restablecimiento de las relaciones diplomáticas bilaterales.
México durante años lucho para consolidar su independencia, a mediados de 1810 fue cuando se empezaron a llevar a cabo las primeras etapas de la consolidación. El padre Hidalgo dio el llamado Grito de Dolores en septiembre de 1810 dando inicio a la lucha por la independencia, sin embargo no fue hasta el 27 de diciembre de 1836 cuando España reconoció la Independencia de México mediante el tratado Santa María –Calatrava.
Mediante el tratado “Santa María –Calatrava” España reconoce oficialmente la Independencia de México, el tratado fue llamado así para que llevara el nombre de las personas que lo firmaron quienes fueron Miguel de Santa María, ministro plenipotenciario de México en España y José María Calatrava, presidente del Consejo de Ministros de España. En el tratado se encontraban 8 artículos de los cuales 7 estaban abiertos y uno tenía la condición de secreto.
Además de ello en el documento se era señalado los términos del reconocimiento, los cuales señalaban el motivo que había llevado a España a reconocer la independencia.
Parte de lo señalado en el Art1:
Su Majestad la Reina Gobernante de las Españas, a nombre de su augusta hija doña Isabel II, reconoce como nación libre, soberana e independiente la República Mexicana, compuesta de los Estados y países especificados en su Ley Constitucional, a saber: el que se decía Capitanía General de Yucatán, el de las comandancias llamadas antes, de Provincias internas de Oriente y Occidente; el de la Baja y Alta California, y los terrenos anexos e islas adyacentes de que en ambos mares está actualmente en posesión la expresada República. Y su Majestad renuncia tanto por sí como por sus herederos y sucesores a toda pretensión al gobierno, propiedad y derecho territorial de dichos estados y países…