La Revolución de Tuxtepec fue un movimiento armado promovido en enero de 1876 por el general Porfirio Díaz contra el presidente Sebastián Lerdo de Tejada cuando este anunció su intención de postularse a la reelección, lo que era permitido bajo la constitución de 1857. La revolución culminó en noviembre de 1876 con la victoria de los insurgentes, el exilio de Lerdo de Tejada y su gabinete, y el inicio del denominado Porfiriato (la presidencia de Porfirio Díaz por más de 35 años).
Con la muerte de Benito Juarez en 1872 le tocó asumir la presidencia interina de México al presidente de la Suprema Corte el 18 de julio del mismo año, cargo que para entonces era ocupado por Sebastián Lerdo de Tejada. Pero pronto Lerdo de Tejada fue electo como presidente para el período constitucional 1872-1876. Durante su mandato avanzó en la pacificación del país que había sido desangrado por constantes guerras, disturbios y levantamientos desde la conclusión en 1821 de la Guerra de Independencia de México. Desde 1875 Lerdo de Tejada había anunciado su intención de acudir a la reelección en 1876 para un segundo período, desatando la oposición de sectores políticos y militares.
Porfirio Díaz proclamó el Plan de Tuxtepec el 10 de enero de 1876 en Tuxtepec, Oaxaca, con el que buscaba destituir al gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada. El plan fue suscrito por un amplio número de militares que tenían simpatía por Díaz, considerado un héroe de la Segunda intervención francesa en México. La revolución se extendió desde norte de México hasta Oaxaca, y a pesar que Porfirio Díaz fue inicialmente derrotado en varias oportunidades, sus fuerzas resultaron victoriosas en la batalla de Tecoac lo que obligó a Lerdo de Tejada y su gabinete a abandonar el país. Porfirio Díaz entró triunfante en Ciudad de México el 5 de mayo de 1877.
La Revolución de Tuxtepec postulaba el principio de «Que ningún mexicano se perpetúe en el poder y esta será la última revolución», al mismo tiempo que empleaban el lema de «Sufragio efectivo; No reelección». Sin embargo, la Revolución concluyó con la victoria de los insurgentes y la entrada triunfante de Porfirio Díaz en Ciudad de México el 5 de mayo de 1877, quien luego llegó a ser presidente de México por más de 35 años entre 1884 y 1911 (período conocido como el Porfiriato), hasta su derrocamiento por Francisco Madero durante la Revolución mexicana.
