Batalla de Santander (1937)

La Batalla de Santander en el verano de 1937, durante la Guerra civil española, fue una victoria táctica de los militares sublevados y sus aliados nazi-fascistas, que afianzaron sus posiciones para la posterior invasión de Asturias. El ejército republicano del norte fue prácticamente aniquilado.

La Batalla de Santander, en el marco de la Guerra civil española, comenzó el 14 de agosto de 1937 en la región que actualmente corresponde a la provincia de Cantabria, con la ofensiva del ejército nacionalista sublevado contra posiciones republicanas en el norte y sus principales arterias de comunicación. Las fuerzas republicanas eran numéricamente superiores pero estuvieron desorganizadas durante la contienda ya que la región era defendida por vascos, cántabros y asturianos que respondían más a sus propias jefaturas que a un mando militar unificado. La falta de suministros también actuó contra la moral de las tropas, que se enfrentaron a fuerzas mejor armadas y abastecidas, con superioridad en artillería y capacidad aérea. La batalla culminó el 17 de septiembre de 1937 con la victoria nacionalista, dejando al ejército republicano prácticamente aniquilado con alrededor de 60 000 muertos, desaparecidos o capturados. La derrota de los republicanos dejó aislado el frente en Asturias, lo que más tarde significaría el completo colapso del Frente Norte de los republicanos.

Las fuerzas de la República encargadas de la defensa de Santander estaban conformadas por 4 cuerpos de ejercito al mando del general Mariano Gamir Urribarri: El Cuerpo XIV constituido con los restos de Ejército Vasco, el Cuerpo XV constituido por soldados cántabros; y los cuerpos XVI y XVII constituidos ambos por asturianos. Sumaban alrededor de 80 000 hombres. Los republicanos contaban con 150 piezas de artillería, 33 aviones –entre cazas y bombarderos– y 11 aviones de reconocimiento. Por otro lado, el ejército sublevado del norte consistía en 3 divisiones y 1 brigada italiana, 6 brigadas navarras y 2 brigadas castellanas. Contaban también con un importante apoyo de artillería y aviación, esta última con las fuerzas de élite nazis de la Legión Cóndor. Todas las fuerzas sublevadas estaban al mando del general Fidel Dávila Arrondo tras muerte accidental del general Emilio Mola, autor de las Directivas secretas para el accionar terrorista de los sublevados contra la población civil.

Guerra civil española. Llegada de las vanguardias del ejército franquista a la plaza del Ayuntamiento de Santander en la mañana del 26 de agosto de 1937 durante la Batalla de Santander.
Guerra civil española. Llegada de las vanguardias del ejército franquista a la plaza del Ayuntamiento de Santander en la mañana del 26 de agosto de 1937 durante la Batalla de Santander.

El ejército republicano del Norte no contaba realmente con un mando unificado. Las milicias de Asturias, las milicias de Santander y las del País Vasco mantenían relaciones difíciles y generalmente actuaban cada una bajo sus propios liderazgos e intereses regionales, lo que se prestaba para el desorden. Entretanto, el bando sublevado se encontraba en condiciones físicas y morales superiores, así como bajo un comando uniforme. Otro problema oscurecía los prospectos republicanos en el Norte; las autoridades vascas negociaban a espalda de sus aliados la rendición de sus fuerzas con los fascistas-italianos.

Antecedentes

La Guerra civil española tenía casi un año de haber estallado en julio de 1936 durante aquel golpe de Estado nacionalista que intentó asumir rápidamente el poder por la vía de las armas. Ahora, casi un año más tarde, el 1 de julio de 1937 los sublevados logran hacerse con el control de Carranza, Trucíos y Lanestosa dejando la totalidad de Vizcaya y el País Vasco en sus manos. Fue entonces cuando el Gobierno de la República ordena una ofensiva sobre Brunete como maniobra de distracción ante el severo asedió sobre Madrid, y contener así el avance del ejército sublevado en el norte, que en esos momentos se encontraba a las puertas de la provincia de Santander (actual provincia de Cantabria). Cuando la Batalla de Brunete culmina a finales de julio, el general Francisco Franco decide trasladar hacia el norte las unidades que había desplazado a las operaciones del centro. Una ofensiva franquista era inminente.

Batalla de Santander

La ofensiva nacionalista contra Santander comenzó el 14 de agosto de 1937 con artilleria y bombardeos aéreos sobre las líneas republicanas. El primer objetivo fue la fábrica de armamento Constructora Naval de Reinosa y el nudo ferroviario de Mataporquera. La 1ra Brigada Navarra se movilizó entre el Pico Valdecebollas y Cuesta Labra, ocupando las alturas de la sierra de Híjar, avanzando hacia Reinosa. Los navarros rompieron el frente sur con el apoyo de los bombardeos de las fuerzas aéreas nazi-fascistas. Los nacionalistas pretendían interrumpir la principal arteria de comunicación de los republicanos, dejando en situación crítica a sus fuerzas al sur de la cordillera Cantábrica. Las fuerzas italianas rompieron también el frente sur y marcharon hacia el puerto de montaña El Escudo, en el límite de Cantabria y la Provincia de Burgos. El 15 de agosto las fuerzas sublevadas avanzan por el sector de Barruelo de Santullán hasta Peña Rubia, Salcedillo, Matalejos y Reinosilla, enfrentando fuerte resistencia republicana en el Portillo de Suano. El general Gamir Ulibarri planifica una desesperada defensa en la línea norte de Peña Astía-Peña Rubia-Peña Labra; mientras la aviación nacionalista bombardeó Soto-Iruz y derriba dos Polikarpov I-16 sobre El Escudo.

El 16 de agosto los navarros logran tomar intacto el importante complejo fabril de Reinosa. El 17 de agosto los italianos lograron tomar El Escudo, donde cayeron en la lucha o fueron tomados como prisioneros 22 batallones republicanos, un golpe fuerte a la moral de las tropas antifascistas, que fueron sobrepasadas y obligadas a retroceder en todos los frentes. Para el 18 de agosto el dispositivo de defensa del general Gamir Ulibarri estaba completamente destruido. El avance de las fuerzas sublevadas era imparable. Las tropas navarras ocupan Santiurde mientras que los italianos invaden San Pedro del Romeral y San Miguel de Luena. En la noche los batallones vascos abandonaron sus puestos en el valle del Saja siguiendo órdenes del Partido Nacionalista Vasco (PNV), ya que intentaban lograr un armisticio por separado con los italianos a espalda del ejército republicano, incluso desde el previo mes de junio.

El 19 de agosto el ejército italiano apoyado por tanques arrasan con la resistencia republicana en las zonas montañosas al norte de San Pedro del Romeral, mientras que el resto de las tropas sublevadas avanzan rápidamente por Cabuérniga, Bárcena de Pie de Concha en el valle del Besaya, Entrambasmestas y el valle del Pas; rebasando la tercera línea de defensa establecida por los republicanos, quienes se ven forzados a organizar un próximo repliegue de sus fuerzas remanentes hacia la ciudad de Santander. Por la noche las fuerzas republicanas se retiran de la Vega hacia Selaya. El 20 de agosto los italianos avanzan sobre las cumbres de Cildá, Guzparras y Berana, rodeando Alceda y Ontaneda y entran en Vega de Pas. Ese día la aviación republicana logra bombardear la columna italiana que ascendía por el puerto de La Braguía, provocando numerosas bajas entre sus filas, pero el 21 de agosto la aviación italiana derriba seis Polikarpov I-16 y un Polikarpov I-15 sobre El Escudo. Los sublevados avanzan por San Martín de Toranzo, Selaya, Castillo Pedroso, Quintana de Toranzo, Alceda, Ontaneda, San Vicente de Toranzo, Villacarriedo, Tezanos, Bárcena y Santibáñez.

El 22 de agosto la Junta Delegada del Gobierno republicano decide replegar todas sus fuerzas remanentes hacia la ciudad de Santander para establecer una última línea de resistencia. Entretanto los republicanos preparaban una maniobra de distracción en el Frente de Aragón, que el 24 de agosto se materializaría en la Batalla de Belchite.

Ese 24 de agosto el general Gamir descarta la defensa de Santander y ordena la evacuación general hacia Asturias, pero las tropas italianas ya habían cortado las líneas de comunicación con la comunidad vecina. Lo que siguió fue un completo desorden. La huida generalizada de los mandos militares y políticos dejó a unidades enteras sin ningún liderazgo. Esto se debió al temor fundado sobre las masacres de dirigentes republicanos en aquellas zonas ocupadas por el bando sublevado. Este mismo día los vascos acuerdan su rendición ante los italianos con la firma del Pacto de Santoña, abandonando a su suerte al resto de las fuerzas republicanas. El 25 de agosto el general Gamir se embarca en un submarino con parte de su Estado Mayor hacia Ribadesella, en Asturias, donde estableció su cuartel general.

El 26 de agosto las tropas sublevadas de la IV Brigada de Navarra y la División Littorio toman la ciudad de Santander, donde detienen unos 17 000 prisioneros, la mayoría de los cuales son inmediatamente fusilados. El ejército republicano del Norte se encontraba prácticamente aniquilado a estas alturas, dejando el camino libre a la invasión nacionalista. El 1 de septiembre las tropas franquistas alcanzan la línea del río Deva, ocupando la desembocadura del Unquera, Panes (Peñamellera Baja), La Hermida y todo el Valle de Peñarrubia, cortando completamente las entre Liébana y Asturias. Entretanto, la II Brigada de Castilla avanza sobre Peña Labra, Piedrasluengas y Sierra de Albas, entre Palencia y Cantabria. Entre el 2 y el 7 de septiembre los franquistas continúan avanzando sobre los poblados de la provincia de Santander, hasta que el 17 de septiembre ocupan Tresviso, la última localidad que se encontraba bajo el control del Gobierno republicano. Así concluyeron las operaciones militares en Santander.

Consecuencias

La derrota republicana en la Batalla de Santaner fue devastadora. De los 80 000 soldados fieles a la Segunda República, unos 60 000 habrían muerto, desaparecido o habrían sido capturados. Con la caída de Bilbao y ahora de Santander, el Frente Norte de los republicanos en la Guerra civil española queda desmembrado, que ahora solo quedaba constituido por el Consejo Soberano de Asturias y León, presidido por Belarmino Tomás. Los milicianos asturianos intentarían una defensa desesperada durante casi dos meses sin suministros, ni municiones, escasez de alimentos y la completa ausencia de aviación de soporte. Los asturianos republicanos se vieron colapsados. Las sangrientas batallas concluyen el 21 de octubre de 1937 con la toma franquista de Gijón y Avilés. El Frente Norte republicano había desaparecido.

La Batalla de Santander fue la mayor victoria del ejército franquista durante el desarrollo de toda la Guerra civil española. El balance de la guerra cambiaba a favor de los sublevados.


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