Batalla de Madrid (1936-1939)

La Batalla de Madrid fue un prolongado conflicto por el control de la capital española que se inicia en noviembre de 1936 tras el fracaso del golpe de Estado contra la Segunda República. El Sitio de Madrid ocurre en el marco de la Guerra civil española, hasta su conclusión en 1939.

La Batalla de Madrid, Asedio de Madrid, o Defensa de Madrid, puede comprender dos períodos de combates que pueden solapar durante la Guerra civil española, entre las fuerzas nacionalistas sublevadas y las fuerzas republicanas que defendían la Segunda República, una vez que fracasa el intento inicial de tomar la capital durante el golpe de Estado de julio de 1936. En primer lugar, la Batalla de Madrid o Asalto de Madrid, comprende al asalto nacionalista en la capital española ocurrido entre el 8 y el 23 de noviembre de 1936, en el que se llevaron a cabo los enfrentamientos más intensos, cuando los sublevados intentaron sus ataques más determinados para tomar la ciudad, incluyendo bombardeos aéreos contra zonas residenciales. En segundo lugar, el Asedio de Madrid, o Sitio de Madrid, comprende al asedio militar de poco más de dos años al que estuvo sujeto la ciudad de Madrid, iniciando el 8 de noviembre de 1936 con el asalto nacionalista dirigido por el general José Enrique Varela, y concluyendo el 28 de marzo de 1939 con la toma de la ciudad por el general Francisco Franco.

En noviembre de 1936 los militares sublevados avanzaron desde el norte, según lo había planeado el general Mola, uno de los jefes del golpe de Estado, como desde el sur, con el objetivo de entrar rápidamente en la capital y concluir la guerra. Pero el asalto de Madrid fracasa debido a la dura resistencia popular, que logra la victoria inicial. Esto convence al general Franco a establecer el asedio de Madrid y dirigir los esfuerzos de los nacionalistas a otros frentes en España. Después del asalto, el gobierno republicano intenta reorganizar las fuerzas armadas a partir de una serie de milicias dentro del Ejército Popular de la República.

Soldados del ejército franquista asaltando un barrio de Madrid durante la Guerra civil española, marzo de 1937.
Soldados del ejército franquista asaltando un barrio de Madrid durante la Guerra civil española, marzo de 1937.

Dos importantes enfrentamientos con resultados inconclusos ocurrieron en la ciudad de Madrid durante 1937: la Batalla del Jarama del 6 al 27 de febrero, y la Batalla de Brunete del 6 al 25 de julio, aunque en esta última los sublevados logran detener la ofensiva republicana. Entre estos dos enfrentamientos ocurre la Batalla de Guadalajara en marzo, a unos 60km al noreste de Madrid, en la cual los republicanos rechazan un intento de tropas italianas de cruzar el Jarama, rodear las defensas de Madrid y lanzar un asalto a la ciudad. A partir de 1938 los nacionalistas sublevados renuncian a la idea de un ataque frontal, pero intensifican el asedio mientras que se mantienen los bombardeos aéreos, lo que provoca la escasez de alimentos, de vestimentas de abrigo, así como de armamento y municiones. En marzo de 1939 los nacionalistas avanzan nuevamente sobre la ciudad y el frente republicano colapsa. El 28 de marzo finaliza el asedio con la caída de Madrid ante las fuerzas de Franco.

Golpe de Estado en Madrid

El 17 de julio de 1936 estalla un golpe de Estado en toda España que había sido ampliamente organizado desde marzo por importantes grupos militares, con el apoyo de facciones conservadoras. El plan original tuvo el objetivo de tomar rápidamente el control de la capital y las principales ciudades, pero el gobierno republicano logra retener el control de la mayor parte del país, incluyendo Madrid, Málaga, Jaén y Almería; en parte importante gracias a la reacción popular. El general Joaquín Fanjul, comandante de la guarnición militar con sede en el Cuartel de Montaña, se preparaba para iniciar la rebelión militar en Madrid, pero cuando sus tropas intentan salir del cuartel fueron bloqueadas por multitudes hostiles y sindicalistas armados. El 20 de julio los cuarteles fueron asaltados por trabajadores y Guardias de Asalto (una fuerza de policía urbana) leales al gobierno, así como cinco batallones las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MAOC). Los enfrentamientos fueron caóticas, y en varias ocasiones algunos soldados en los cuarteles mostraron disposición a rendirse, pero el resto de las tropas continuaban disparando a los atacantes republicanos.
 
El cuartel de Montaña eventualmente cae cuando las Guardias de Asalto emplean un cañón de artillería de 75 mm para bombardear el complejo y la puerta fue abierta por un sargento que simpatizaba con el lado republicano. El sargento fue asesinado por uno de sus oficiales sublevados, pero su acción permite a los republicanos penetrar en el cuartel. Esta acción produjo mucho derramamiento de sangre. Varios soldados fueron masacrados por la multitud, enfurecidos por las falsas rendiciones después de la caída de las barracas.

A pesar de la rápida acción, la crueldad y la determinación de los sublevados, no logran tomar ninguna ciudad importante con la excepción de Sevilla, que proporciona un punto de aterrizaje para las tropas africanas de Franco. Las áreas conservadoras y católicas de la antigua Castilla y León cayeron rápidamente, y en Pamplona celebraron el levantamiento como si fuera un festival. El líder republicano Santiago Casares Quiroga fue reemplazado por José Giral, quien ordena la distribución de armamento entre la población civil, lo que facilita la derrota de la insurrección del ejército en los principales centros industriales, incluidos Madrid, Barcelona, ​​Valencia y otras ciudades en el área del Mediterráneo; pero también permite a los anarquistas armarse y tomar el control de Barcelona, así como de las grandes franjas de Aragón y Cataluña. En Barcelona, ​​el gobierno oficial pierde el control de la seguridad y los servicios esenciales. Sin embargo, los anarquistas se abstuvieron de exigir demasiado poder político, lo que podría haber tenido consecuencias aún más graves.

En la noche del 27 al 28 de agosto de 1936 los sublevados bombardean de Madrid por primera vez. Un avión de transporte Junkers Ju 52 alemán fue empleado para lanzar varias bombas sobre el Ministerio de la Guerra y la Estación del Norte, causando un muerto y varios heridos. Madrid fue la primera gran ciudad europea de la historia en ser bombardeada, lo que se convertiría en un escenario frecuente durante la inminente Segunda Guerra Mundial.

Batalla de Madrid

Tras el fracaso del primer intento de los sublevados por tomar el control de Madrid, deciden esperar la llegada de las tropas africanas de Franco desde el sur. En octubre, el gobierno republicano de Largo Caballero crea el Ejército Popular de la República en Madrid que se encargaría de la defensa de la ciudad, integrando diversas milicias anti fascistas que habían sido organizadas por diferentes organizaciones políticas y sindicales de los trabajadores, que ya habían logrado frenar el avance de los golpistas. También en octubre comienza a llegar material bélico soviético que le costaría mucho dinero a la República y una importante influencia del stalinismo sobre su poder político. Para el 8 de noviembre de 1936 las fuerzas africanas ya se encontraban en las inmediaciones de la ciudad. Su plan consistía en avanzar a través de Casa de Campo, cruzar el río Manzanares para penetrar en la Ciudad universitaria, desde donde tomarían diversos puntos de Madrid. La noche del 7 de noviembre el gobierno republicano se replegó hacia Valencia y deja Madrid al mando de la Junta de defensa, liderada por el general Miaja y su segundo, el general Rojo.

El 8 de noviembre el comandante Varela ordena el ataque del bando sublevado sobre Madrid, comenzando el avance de unos 20 mil soldados a través de Casa de Campo. Los republicanos habían desplegado 12 000 soldados en Carabanchel y otros 30 000 para enfrentar el asalto principal en Casa de Campo. A pesar de su superioridad en número, los republicanos estaban muy mal equipados, en su mayoría solo con armas de bajo calibre, y supuestamente solo diez balas para cada rifle disponible. Además, la mayoría nunca habían sido entrenados en el uso de armas, ni contaban con experiencia en combate. Pero logran rechazar el ataque nacionalista en Casa de Campo durante el mes de noviembre. El 9 de noviembre arriba el primer grupo de las Brigadas Internacionales, unos 1 900 voluntarios llegados de todo el mundo con el objetivo de frenar al fascismo, que tendrían un destacado desempeño en la Ciudad Universitaria junto con la Columna Durruti. A pesar de ser un contingente numéricamente pequeño y de no haber completado su entrenamiento (fueron apresurados para apoyar al frente republicano), su llegada fue un importante impulso moral para las defensas de Madrid.

Guerra civil española, propaganda republicana, propaganda fascista.

Guerra civil española. Propaganda republicana vs propaganda nacionalista.

Durante la noche del 9 de noviembre, el general Kléber lanza un ataque con la XI Brigada Internacional sobre las posiciones nacionalistas en Casa de Campo, que se prolongaría por el resto de la noche y parte de la mañana del 10 de noviembre. A final del combate las fuerzas nacionalistas fueron obligadas a la retirada, con lo que abandonan toda posibilidad de un ataque directo en Madrid a través de Casa de Campo. Las tropas republicanas contraatacaron a lo largo de todo el frente en Madrid durante los avance del 9, 10 y 17 de noviembre, rechazando los ataques de las fuerzas nacionalistas, pero con severas bajas en el proceso.

Asedio de Madrid

Después su derrota en la Batalla de Madrid en noviembre de 1936, los nacionalistas renuncian a la idea de un ataque frontal contra Madrid y enfocan sus esfuerzos en establecer un asedio sobre la capital. En 1837 ocurren dos importantes enfrentamientos en los alrededores de Madrid, la Batalla de Jarama en febrero y la Batalla de Brunete en julio. Además, otros dos enfrentamientos se libraron en la periferia como parte de la campaña nacionalista para tomar la capital: en marzo, en Guadalajara y a fines de diciembre en Teruel, ambas al noreste de Madrid.

A principios de 1937, entre el 6 y el 27 de febrero, ocurre la Batalla de Jarama cuando las fuerzas de Franco intentan cruzar el río Jarama para cortar el camino entre Madrid y Valencia, donde los republicanos habían trasladado su gobierno. Los resultados de la batalla no fueron concluyentes. Las tropas de Franco logran cruzar a la orilla este del Jarama, pero no cumplen el objetivo de cortar las comunicaciones entre Madrid y Valencia. Las bajas entre ambos bandos fueron pesadas: entre 6 mil y 20 mil caídos en cada bando.

Entre el 8 y el 23 de marzo de 1937 ocurre la Batalla de Guadalajara a unos 60 km al noreste de Madrid, en la cual, fuerzas republicanas derrotan un intento de las tropas italianas que apoyaban a los nacionalistas sublevados para cruzar el Jarama, rodear las defensas de Madrid y emprender un asalto sobre la capital. Un tercio de la ciudad de Madrid se encontraba destruida para esa época tras los ataques militares y bombardeos aéreos, pero la moral todavía se mantenía fuerte entre la población madrileña.

Batalla de Madrid, Carabanchel, 8 de noviembre de 1936.

Tropas franquistas avanzan sobre las ruinas de Carabanchel el 8 de noviembre 1936 durante el asalto a Madrid.

Los bandos republicanos y nacionalistas se enfrentan en la Batalla de Brunete entre el 6 al 25 de julio, cuando el Ejército Popular de la República lanza una ofensiva con el objetivo disminuir la presión ejercida por las fuerzas sublevadas del bando franquista sobre Madrid, y al mismo tiempo aliviar la situación en el frente Norte. Los enfrentamientos se llevaron a cabo en Quijorna, Villanueva de la Cañada, Brunete y los alrededores. Inicialmente las fuerzas republicanas logran avanzar sobre el territorio enemigo pero a los pocos días la ofensiva se agota y sus avances quedaron detenidos. El resultado de la batalla fue inconcluso, pero tras una semana de duros combates las fuerzas franquistas logran recuperar la mayor parte del terreno perdido. El 25 de julio los republicanos salen en retirada.

A finales de 1937 los nacionalistas ya habían logrado tomar control de gran parte del norte de España, el corazón industrial del país, y con ello muchas de las fábricas de armamento que habían sostenido el esfuerzo republicano hasta ese momento. El comandante republicano del IV Cuerpo de Ejército, Cipriano Mera, intercepta los planes nacionalistas para un nuevo asalto a Madrid desde la dirección de Zaragoza. El general Vicente Rojo, Jefe de Estado Mayor, decide iniciar una ofensiva preventiva tomando la ciudad de Teruel.

La Batalla de Teruel se llevó a cabo entre el 15 de diciembre de 1938 y el 22 de febrero de 1938. El Ejército Popular de la República logra conquistar la ciudad de Teruel tras dos semanas de duros combates, donde logran reunir un masivo contingente con más de 100 mil soldados y equipamiento de guerra. Los últimos bastiones sublevados en Teruel se rinden en enero de 1938 y los republicanos pasan a la defensiva frente a la intensa contraofensiva franquista. La ofensiva logra detener el inminente ataque a Madrid, pero para febrero los franquistas desbordan los flancos republicanos e infligen una dura derrota en la zona del Alfambra. El el 22 de febrero la ciudad de Teruel volvía a manos de las fuerzas de Franco. Fue uno de los enfrentamientos más sangrientos de la Guerra civil española.

La situación en Madrid permanece casi invariable durante gran parte de 1938. Pero ante el asedio de los nacionalistas, se reduce progresivamente el racionamiento de alimentos. Durante esta etapa hubo una escasez de combates, aparte de algunos tiroteos esporádicos o de algún asalto a posiciones defendidas con deficiencia. La moral republicana estaba decaída.

Caída de Madrid

La población de Madrid sufrió cada vez más la falta de alimentos, suministros, ropa de abrigo, armas y municiones tras el largo asedio impuesto sobre la ciudad. Sin embargo, a estas alturas Franco había renunciado a la idea de otro asalto frontal a la ciudad, pero en cambio, mantenía el severo aislamiento y los constantes bombardeos aéreos.

A comienzos de 1939 la moral de las tropas que defendían Madrid se encontraba hundida. Tras la caída de Cataluña se hizo evidente que la guerra estaba completamente perdida y empezó a crecer el rechazo popular a la continuación de la guerra. Esto produjo una división dentro de los rangos republicanos. Por un lado estaba el primer ministro Juan Negrín, algunos otros ministros del gobierno y el Partido Comunista, que pretendían luchar hasta el final. A esto se oponían el coronel republicano Segismundo Casado y otros militares, que querían negociar la rendición de Madrid para evitar a los partidarios republicanos lo peor de la retribución nacionalista.

El 5 de marzo ocurre el golpe de Estado de Segismundo Casado. Los hombres de Casado arrestaron a oficiales comunistas en Madrid, los despojaron de sus poderes y depusieron a Negrín, estableciendo el Consejo Nacional de Defensa para negociar un acuerdo de paz con Franco. El 6 de marzo los líderes comunistas y el primer ministro socialista Negrín huyen de España con destino a Elda. Pero las tropas comunistas asentadas en los alrededores de Madrid rechazaron la autoridad del Consejo y entran en Madrid el 7 de enero. Siguieron algunos días de combates en las calles entre tropas comunistas y no comunistas, que terminaron con la derrota de los comunistas y la ejecución de su líder, Luis Barceló. Casado había justificado el golpe con la promesa de que obtendría una «paz honrosa» con Franco pero el «Generalísimo» reiteró que sólo aceptaría la rendición incondicional.

Las tropas franquistas entraron en Madrid el 28 de marzo sin encontrar resistencia alguna. Así concluyó el largo sitio de Madrid, el más largo de toda la Guerra civil española.


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