El 1 de diciembre se celebra el Día de la Abolición del Ejército, día en que los costarricenses dan muestra de su mentalidad pacifica y civilista.
El 1 de diciembre de cada año Costa Rica celebra uno de los hechos que ha marcado la historia del país y el cual ha sido parte de la vida civilista de los costarricense, la Abolición del Ejército. La Abolición del Ejército se llevo a cabo el 1 de diciembre de 1948 en el antiguo cuartel Bellavista, el orador encargado de dirigirse a los presentes en pleno acontecimiento fue el Ministro de la Educación Pública Uladislao Gámez.
En ese día el presidente de la Junta Fundadora José Figueres Ferres dio por abolido el Ejército Nacional encosta Rica, este fue un acontecimiento consciente y determinante que llegó a formar parte de la historia trascendente del país. El 1 de diciembre José Figueres entregó las llaves del Cuartel a una institución educativa superior, a la Universidad de Costa Rica. El objetivo de Figueres era que en el edificio militar se estableciera el actual Museo Nacional, para que así funcionara como un centro de estudios antropológicos.
El acto le puso fin a la era castrense y decide utilizar los recursos que destinaba a gasto militar, en educación y desarrollo social. La Abolición del Ejército se fundamento en la Ley No.8515 para formar parte de un acontecimiento histórico costarricense.
El 1 de diciembre de 1948 el presidente de la Junta Fundadora dijo en ese día: El Ejército regular de Costa Rica, digno sucesor del Ejército de Liberación Nacional, entrega hoy la llave de este Cuartel a las escuelas, para que sea convertido en un centro cultural.
La Junta Fundadora de la Segunda República declara oficialmente disuelto el Ejército Nacional, por considerar suficiente para la seguridad de nuestro país la existencia de un buen cuerpo de policía.
Los hombres que ensangrentamos recientemente a un país de paz, comprendemos la gravedad que pueden asumir estas heridas en la América Latina, y la urgencia de que dejen de sangrar. No esgrimimos el puñal del asesino sino el bisturí del cirujano. Como cirujanos nos interesa ahora, más que la operación practicada, la futura salud de la Nación, que exige que esa herida cierre pronto, y que sobre ella se forme cicatriz más sana y más fuerte que el tejido original.
Somos sostenedores definidos del ideal de un nuevo mundo en América. A esa patria de Washington, Lincoln, Bolívar y Martí, queremos hoy decirle: ¡Oh, América! Otros pueblos, hijos tuyos también, te ofrendan sus grandezas. La pequeña Costa Rica desea ofrecerte siempre, como ahora, junto con su corazón, su amor a la civilidad, a la democracia.”