Toribio de Benavente, mejor conocido como Motolinía fue un misionero, protector de los indios e integrante de los Doce apóstoles de México. Siempre defendió a los indígenas y llevo la palabra de Dios por toda Nueva España, por ello se le fue convocado por Hernán Cortés la misión de la conversión de los indios.
Al llegar Toribio a México los indios se sorprenden al verlo a el y al resto de los misiones, ya que estos estaban acostumbrados a ver a los españoles bien vestido y elegantes, muy al contrario de los misioneros españoles. Tanto Toribio como el resto vestían la típica bata de misionera un poco vieja y arrugada además eran flacos casi en estado raquítico, por ello los indígenas empezaron a llamarlo motolinía.
Toribio intigrado les pregunta el significado de ese término y los indígenas respondieron “desdichado o pobrecito”, fue entonces cuando Toribio decide adoptar el nombre de Motolinía. Motolinía llego a bautizar a varios indios según fueron más de 300.000 nativos.
Durante su larga estadía en México ayudo con los bautizos, casamientos y confesiones, así como atender problemas humanitarios. Motolinía no se escapó de los problemas ya que tuvo conflictos eclesiásticas en contra los misioneros dominios liderados por Fray Bartolomé de las Casas.