Mariano Moreno fue un político, periodista y abogado argentino, impulsor de la Revolución de Mayo y secretario de la Primera Junta de Gobierno. Fue un gran defensor de los indígenas y de la libertad de comercio, tenía ideas liberales y era partidario de establecer cambios profundos en la administración publica.
Mariano Moreno nació en Buenos Aires. Fue uno de los catorce hijos del matrimonio Moreno Valle. Estudió leyes y teología en Chuquisaca. Estuvo casado con María Guadalupe Cuenca, con quien tuvo un hijo llamado Mariano. Se sentía profundamente atraído por los escritos de la Ilustración, estaba en contra de la explotación de los indígenas por parte de los patronos, por lo cual llegó a defenderlos durante sus practicas profesionales. Murió en alta mar como consecuencia de una sobredosis de medicamentos.
Fue uno de los principales promotores de la Revolución de Mayo, asumió el cargo de secretario de Guerra y Gobierno tras la implantación de la Primera Junta de Gobierno. Fundó y dirigió el periódico revolucionario la "Gazeta de Buenos Ayres"; fue autor de la Representación de los hacendados, que abogaba por la libertad de comercio. Se opuso al establecimiento de un sistema monárquico liderado por la infanta Carlota. Se le atribuye la redacción del Plan de Operaciones de la Revolución, y fue designado como diplomático por la Junta Grande.
Primeros años
Mariano Moreno nació el 23 de septiembre de 1778, en Buenos Aires. Su padre fue Manuel Moreno y Argumosa, quien se desempeñaba como funcionario de la Tesorería de las Cajas Rurales; y su madre fue Ana María Valle. Los dieciséis integrantes de la familia Moreno vivían cómodamente, tenían casa propia y varios esclavos.
Mariano cursó sus estudios secundarios en el Colegio San Carlos, en donde se graduó con honores. Continuó su aprendizaje en la Universidad de Chuquisaca, ciudad a la cual llegó después de una larga travesía por carretera y con veintiún años de edad. Estando allí se hizo amigo del canónigo Terrazas, quien le permitió acceder a su biblioteca en la que tomó contacto con las ideas de la Ilustración, con las obras de Filangieri y Smith y con las tendencias reformadoras de la Política Indiana de Solórzano.
En 1800, decidió completar sus estudios en teología para honrar la voluntad de su padre. En 1802, Moreno visitó Potosí y constató la explotación y miseria a la cual eran sometidos los indígenas en las minas. Al regresar a Chuquisaca, escribió su tesis: “Disertación jurídica sobre el servicio personal de los indios”, donde decía entre otras cosas: "Desde el descubrimiento empezó la malicia a perseguir unos hombres que no tuvieron otro delito que haber nacido en unas tierras que la naturaleza enriqueció con opulencia y que prefieren dejar sus pueblos que sujetarse a las opresiones y servicios de sus amos, jueces y curas".
Entre 1803 y 1804, Moreno realizó su práctica jurídica en el estudio de Agustín Gascón, se encargó de defender a los indígenas abusados por sus patrones; e incluso llegó a inculpar al intendente de Cochabamba y al alcalde de Chayanta. Su situación en la región comenzó a tornarse peligrosa, sus actividades generaron cierto descontento en las clases altas, por lo cual decidió volver a Buenos Aires, con su familia.
En 1804, consiguió graduarse de abogado. Ese mismo año se casó con María Guadalupe Cuenca. En 1805, estando en Buenos Aires ocupó los cargos de Relator de la Audiencia y asesor del Cabildo de Buenos Aires.
Las invasiones Inglesas
En 1806 se llevó a cabo la primera de las dos Invasiones Inglesas al Río de la Plata. Aunque Moreno no participó activamente en los combates, se opuso a la presencia inglesa en Buenos Aires y escribió una memoria con los acontecimientos más destacables:
"Yo he visto llorar muchos hombres por la infamia con que se les entregaba; y yo mismo he llorado más que otro alguno, cuando a las tres de la tarde del 27 de junio de 1806, vi entrar a 1.560 hombres ingleses, que apoderados de mi patria se alojaron en el fuerte y demás cuarteles de la ciudad."
Tras las invasiones inglesas, los sectores económicos de Buenos Aires se dividieron entre: comerciantes monopolistas y ganaderos exportadores. Los comerciantes españoles querían seguir siendo los únicos autorizados para poder importar y exportar productos que en su mayoría eran traídos de España, y ésta se los compraba a Francia e Inglaterra para revenderlos en América del Sur. Mientras que los ganaderos pedían comerciar libremente con Inglaterra y otros países, sin la intermediación de España.
Representación de los hacendados
En 1809 don Baltasar Hidalgo de Cisneros fue nombrado virrey. Éste hizo frente a la grave situación económica que atravesaba el virreinato debido a la guerra entre España y Napoleón, que provocaba una merma en las rentas aduaneras de Buenos Aires, principal fuente de recursos.
Hidalgo aprobó provisionalmente el libre comercio y autorizó la comercialización con los ingleses. Los comerciantes españoles no estuvieron de acuerdo con la proclama y lograron que el apoderado del Consulado de Cádiz, Fernández de Agüero, enviara una nota de protesta al virrey. Es allí cuando Moreno escribe la Representación de los hacendados, la cual defendía la libertad de comercio alegando que:
"Nada es hoy tan provechoso para la España como afirmar por todos los vínculos posibles la estrecha unión y alianza con la Inglaterra. Esta nación generosa que, conteniendo de un golpe el furor de la guerra, franqueó a nuestra metrópoli auxilios y socorros, es acreedora por los títulos más fuertes a que no se separe de nuestras especulaciones el bien de sus vasallos (…) Acreditamos ser mejores españoles cuando nos complacemos de contribuir por relaciones mercantiles a la estrecha unión de una nación generosa y opulenta, cuyos socorros son absolutamente necesarios para la independencia de España".
Los sectores revolucionarios que se venían formando tras las invasiones inglesas se vieron representados con este documento, sin embargo Moreno trató de mantener distancia y conservar la prudencia.
Revolución de Mayo
Aunque Moreno no estuvo presente en el Cabildo abierto que se convocó para establecer la Primera Junta de gobierno, ni estuvo presente en la reunión donde se escogieron los miembros de la Junta; éste fue sorprendido con el nombramiento como secretario de Guerra y Gobierno. El 25 de mayo de 1810, comenzó a asumir su nuevo rol trayendo consigo cambios significativos para la región, como la apertura de puertos para el comercio exterior, reducción de los derechos de exportación y la redacción de un reglamento de comercio; con estas medidas pretendía mejorar la situación económica y la recaudación fiscal. Asimismo, creó la biblioteca pública y el periódico oficial del gobierno revolucionario, La Gazeta de Buenos Ayres, dirigida por él mismo.
En una de sus primeras ediciones Moreno escribió:
"El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien; él debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Seremos respetables a las naciones extranjeras, no por riquezas, que excitarán su codicia; no por el número de tropas, que en muchos años no podrán igualar las de Europa; lo seremos solamente cuando renazcan en nosotros las virtudes de un pueblo sobrio y laborioso".
Fusilamiento de Liniers
La Primera Junta ordenó el destierro del exvirrey Baltasar hidalgo de Cisneros y todos los miembros de la Real Audiencia de Buenos Aires, ésta última fue sustituida por una conformada por criollos leales a la revolución.
Por su parte, el gobernador de Córdoba Juan Gutiérrez de la Concha y el exvirrey Santiago de Liniers, organizaron una contrarrevolución que aspiraba restablecer el virreinato en Buenos Aires. La Primera Junta envió a un ejército para que derrotara a los contrarrevolucionarios y los fusilara, a excepción del fray Manuel Alberti. El comandante revolucionario, Francisco Ortiz de Ocampo logró vencer a los realistas y los envió a Buenos Aires en vez de ejecutarlos. Esta decisión fue repudiada por la Junta, ya que temían que Liniers fuese liberado en la cuidad debido a su gran popularidad. En consecuencia, Moreno envió a Castelli, Rodríguez Peña y Domingo French a impedir el traslado y fusilar a los prisioneros.
Las órdenes de Moreno a Castelli fueron:
"Vaya usted y espero que no incursione en la misma debilidad que nuestro general; si todavía no se cumple la determinación tomada, irá el vocal Larrea, a quien pienso no faltará resolución, y por último iré yo mismo si fuese necesario (…)"
Por su parte, Juan José Castelli cumplió con la labor encomendada, y el 26 de agosto de 1810 fusiló a Liniers y sus acompañantes.
Plan de Operaciones
Algunos historiadores afirman que para mediados de 1810, la Junta le encargó a Moreno la redacción de un Plan de Operaciones, que recopilara los propósitos y estrategias a tomar por la revolución. En agosto de ese año Moreno presentó el plan y aclaró que no debían "escandalizarse por el sentido de mis voces, de cortar cabezas, verter sangre y sacrificar a toda costa. Para conseguir el ideal revolucionario hace falta recurrir a medios muy radicales".
El Plan de Operaciones proponía una rebelión en la Banda Oriental y el Sur del Brasil, continuar apoyando al rey Fernando VII para ganar tiempo, buscar el apoyo o neutralidad de Inglaterra, expropiar a los españoles su bienes y utilizarlos para financiar la construcción de fabricas, vías de comunicación o acceso, etc. Finalmente recomendaba luchar incansablemente por la independencia absoluta, así esto implicará adoptar una “conducta más cruel y sanguinaria con los enemigos."
No obstante, algunos investigadores plantean que es posible que dicho documento sea una falsificación literaria, realizada por un español al servicio de la Corte de Portugal.
Saavedra y Moreno
Mariano Moreno y Cornelio Saavedra fueron protagonistas de las diferencias de corrientes en la Primera Junta. Moreno buscaba cambios importantes en la sociedad, y Saavedra solo quería que el poder quedara en mano de los criollos, y que éste pasara de un hombre a otro de forma hereditaria, tal como lo establecía el sistema monárquico.
Moreno consideraba que la revolución debía controlarse desde Buenos Aires ya que en el interior aún predominaban los sectores conservadores.
"El gobierno antiguo nos había condenado a vegetar en la oscuridad y abatimiento, pero como la naturaleza nos ha criado para grandes cosas, hemos empezado a obrarlas, limpiando el terreno de tanto mandón ignorante."
El 5 de diciembre de 1810, se llevó a cabo una celebración en el Regimiento de Patricios, para festejar por la victoria de Suipacha. Durante el evento, el capitán de Húsares Atanasio Duarte, ebrio propuso un brindis "por el primer rey y emperador de América, Don Cornelio Saavedra". Acción que fue rechazada por Moreno quien decretó al día siguiente el destierro del capitán alegando que:
"…un habitante de Buenos Aires ni ebrio ni dormido debe tener expresiones contra la libertad de su país"
Asimismo, prohibió las aclamaciones públicas a favor de cualquier funcionario y eliminó todos los honores especiales del Presidente de la Junta.
A fines de año, llegaron a la capital los diputados de los pueblos del interior, convocados por la circular del 27 de mayo. Pero éstos no tenían claro si debían incorporarse al Congreso o formar una Junta Grande. Por su parte, Saavedra se unió a los diputados de interior quienes eran partidarios conservadores para frenar la influencia de Moreno. El 18 de diciembre se sometió a votación la decisión, y resultó ganadora la opción de formar una Junta Grande. Moreno quiso renunciar a su cargo pero la Junta no lo permitió, y le encomendó buscar apoyo en las cortes de Brasil y Gran Bretaña para alcanzar la independencia.
La nueva misión diplomática a la cual fue enviado Moreno resultó ser una excusa del presidente de la Primera Junta de gobierno, Cornelio Saavedra, para alejar a Moreno de Buenos Aires. Mariano Moreno fue enviado a Inglaterra y Brasil, pero éste no aceptó visitar este último país y se embarcó rumbo a Inglaterra.
Muerte
El 4 de marzo de 1811, Moreno falleció en alta mar a bordo de la fragata inglesa "Fame". Su cuerpo fue envuelto en una bandera inglesa y arrojado al mar, cerca de la isla Santa Catarina.
Según el testimonio de su hermano Manuel Moreno y de Tomás Guido, quienes lo acompañaban en el viaje, Moreno murió debido a una sobredosis de un medicamento que le fue suministrado por el capitán del buque, quien dijo que le había entregado cuatro gramos de un vomitivo, elaborado con antimonio y tartarato de potasa.
Tiempo después su hermano Manuel Moreno comentó:
"…Si Moreno hubiese sabido que se le daba tal cantidad de esa sustancia, sin duda no la hubiese tomado pues a la vista del estrago que le causó y revelado el hecho, él mismo llegó a decir que su constitución no admitía sino una cuarta parte de gramo y que por tanto, se reportaba muerto. Aún quedó en duda si fue mayor la cantidad de aquella droga u otra sustancia corrosiva, la que le administró, no habiendo las circunstancias permitido la autopsia cadavérica. A ello siguió una terrible convulsión, que apenas le dio tiempo para despedirse de su patria, de su familia y de sus amigos."