Antonio Nariño, militar y político neogranadino, se distinguió al inicio de la independencia en el Virreinato de Nueva Granada. Llegó a ser estimado como el precursor de la independización de las colonias americanas del yugo español.
Fue descendiente de una familia acaudalada y prestigiosa, llegando a ser el tercero de ocho hermanos. Sus padres fueron Vicente Nariño y Vásquez y Catalina Álvarez de Casal. Nariño, nació en Santa Fe de Bogotá el 8 de septiembre de 1758.
Estudios, familia e ideales
Sus primeras letras, las cursó en el Colegio Mayor y Seminario de San Bartolomé. Contando con tan solo 16 años, logró ser abanderado de un batallón de milicias, formado para reprimir a los comunistas de la época.
Para 1784, logra contraer nupcias con Magdalena Ortega de Nariño, quien era hija de Petrona de Mesa y Moreno, y de José Ignacio de Ortega y Gómez de Salazar. Antonio Nariño y su esposa, procrearon seis hijos, de nombres: Gregorio, Francisco, Antonio, Vicente, Mercedes, e Isabel.
En 1789, Nariño logró ser Alcalde de primer voto. Durante 1791 y 1793, fue tesorero de diezmos del arzobispado, así como alcalde mayor principal. Su importante carrera, lo llevó velozmente a ser el mayor exportador de café, quina y té de toda la capital de la Nueva Granada.
Su curiosidad intelectual, lo condujo a incrementar su biblioteca, que le fue heredada por su padre. En dicho lugar, logró tener más de 2.000 volúmenes, lo que para su época era un gran privilegio.
Nariño fue un hombre partidario en divulgar sus ideales independentistas. Esto, lo llevó a publicar clandestinamente en 1793, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que había proclamado la Revolución Francesa. Al poco tiempo después comenzó a repartir varios volantes, con sus ideas revolucionarias. En consecuencia, es capturado y encarcelado en 1794 al norte de África.
Un año después de ser apresado, Nariño es llevado a España, sin embargo al llegar a Cádiz, logra escapar para refugiarse en París. En 1797, toma la decisión de retornar, entregándose de manera voluntaria, y confiando en que el Virrey lo perdonaría. No obstante, Antonio Nariño estuvo detenido hasta mediados de junio de 1810, llegando a ser estimado como un valiente patriota. Desde ese momento, combatió por la independencia de Nueva Granada, ocupando el rango de Comandante General en jefe de las fuerzas militares de Cundinamarca.
Estalla la Revolución
En 1810, explota la Rebelión independentista, aprovechando que la ciudad estaba ocupada por las tropas de Napoleón. Por su parte, Antonio Nariño, no logró cooperar, pero sin embargo, se unió al ejército de los rebeldes, en el mismo momento de que éstos lo liberaran.
Los enfrentamientos políticos, desencadenaron una guerra civil, hecho por el cual Nariño, pasó a representar al bando centralista frente a los federalistas que eran mayoría en el Congreso de las Provincias Unidas de Nueva Granada.
Desde ese momento, batalló por la libertad de Nueva Granada, llegando a ocupar el grado de Comandante General en jefe de las Fuerzas Militares del Estado de Cundinamarca durante 1811 hasta 1814, año en el cual es enviado de regreso a Cádiz para cumplir su condena. Nariñom estuvo en cautiverio hasta 1820, luego de que los liberales el general Riego, se pronunciaron, fue dejado en libertad.
Cuando Antonio Nariño, regresa a América, el Libertador Simón Bolívar, lo designa como vicepresidente de la recién creada Unión colombiana. Pero al después de haber transcurrido dos meses, renunció al cargo, sin embargo, fue nombrado como senador por el Congreso de Cúcuta. No obstante, al momento de querer ocupar el cargo y cumplir con sus funciones, varios opositores lo acusaron de traidor a los ideales patrióticos, debido a diversos acontecimientos de los años anteriores. El 14 de mayo de 1823, Nariño se defendió ante las acusaciones, a través de un impetuoso discurso.
Extracto del discurso de Nariño
"Hoy me presento, Señores, como reo ante el Senado de que he sido nombrado miembro, y acusado por el Congreso que yo mismo he instalado, y que he hecho este nombramiento; si los delitos de los que se me acusa hubieran sido cometidos después de la instalación del Congreso, nada tendría de particular esta acusación; lo que tiene de admirable es ver a dos hombres que no habrían quizá nacido cuando yo ya padecía por la Patria".
"Pero lejos de sentir este paso atrevido, yo les doy las gracias por haberme proporcionado la ocasión de poder hablar en público sobre unos puntos que daban pábulo a mis enemigos para murmuraciones secretas; hoy se pondrá en claro, y deberé a estos mismos enemigos, no mi vindicación, de que jamás he creído tener necesidad, sino el poder hablar sin rubor de mis propias acciones".
"No comenzaré, señores, a satisfacer estos cargos implorando, vuestra clemencia, y la compasión que naturalmente reclama todo hombre desgraciado; no, señores, me degradaría si después de haber pasado toda mi vida trabajando para que se viera entre nosotros establecido el imperio de las leyes, viniera ahora al fin de mi carrera, a solicitar que se violara en mi favor".
"Justicia severa y recta es lo que imploro en el momento en que se vaya abrir a los ojos del mundo entero el primer cuerpo de la Nación y el primer juicio que se presenta. Que el hacha de la ley descargue sobre mi cabeza, si he faltado alguna vez a los deberes de hombre de bien. Que la indignación pública venga tras la justicia a confundirme, si en el curso de toda mi vida se encontrase una sola acción que desdiga de mi acreditado patriotismo".
"Suponed, señores, que en lugar de haber establecido una imprenta a mi costa; en lugar de haber impreso los Derechos del Hombre; en lugar de haber acopiado una exquisita librería de muchos miles de libros escogidos, e lugar de haber propagado las ideas de la libertad, solo hubiera pensado en mi fortuna particular, en adular a los virreyes, con quienes tenía amistad. ¿Cuál habría sido mi causal en los dieciséis años que transcurrieron hasta la revolución? ¿Cuál habría sido hasta el día?"
"¿y porque todo lo he sacrificado por la patria, se me acusa hoy, se me insulta con estos mismos sacrificios, se me hace un crimen de haber dado lugar, con la publicación de los Derechos del hombre, a que se confiscaran mis bienes, se hiciera pagar a mis fiadores, se arruinara mi fortuna, y se dejara en mendicidad a mi familia y a mis tiernos hijos?. En toda otra República, en otras almas, se habría propuesto, en lugar de mi acusación, que se pagasen mis deudas, del Tesoro Público, vista las causas que las había ocasionado, y los veintinueve años que han transcurrido."
"A la vista, señores, de cuanto he expuesto hasta aquí, de todo cuanto habéis oído, ¿creéis que esta acusación se ha intentado por la salud de la República, o por un ardiente celo, o por un puro amor a las leyes? No, señores, hoy me conducen al Senado las mismas causas que me condujeron a Pasto: la perdida, la intriga, la malevolencia, el interés personal de unos hombres que, por despreciables que sean han hecho el mismo daño que el escarabajo de la fábula."
"Si vosotros, señores, al presentaros a la faz del mundo como legisladores, como jueces, como defensores de la libertad y de la virtud, no dais un ejemplo de la integridad de Bruto, del desinterés de Foción y de la justicia severa de Atenas, nuestra libertad va a morir en su nacimiento. Desde la hora en que triunfe el hombre atrevido, desvergonzado, adulador, el reino de Tiberio empieza, y el de la libertad acaba.”
Muere Antonio Nariño
A mediados de agosto de 1823, el militar y político Antonio Nariño, presenta un cuadro delicado en su salud, motivo por el cual es aconsejado por los médicos a que se marche a un lugar con un mejor clima. A este respecto, Nariño, solicita un permiso para trasladarse a otro lugar, luego de la clausura de las sesiones del congreso.
Antonio Nariño, eligió Villa de Leyva, lugar en el cual su salud mejoró un poco, solo durante pocos meses. A principios del mes decembrino, el 13 de diciembre de 1823 a causa de una enfermedad pulmonar, el precursor de la independencia de las colonias españolas muere.